Su primer club fue El Torito, que se encontraba a pocas cuadras de la casa donde vivía con su familia. Con carácter anual, el club procede a efectuar una donación a la Fundación para el desarrollo de sus actividades, cuyo objeto fundacional es fomentar los valores inherentes a la práctica deportiva y la promoción de esta como instrumento educativo susceptible de contribuir al desarrollo integral de la personalidad de quienes lo practican.