Décadas después del hecho, ha descrito esa patada como «el mejor momento» de su carrera futbolística, alegando que «patear a un fascista no se saborea todos los días». El doble rombo de umbro y el doble chevrón de Citroën, lucieron juntos en la camiseta celtiña durante 24 temporadas (1986-2010), suponiendo un caso único en el mundo del fútbol, en cuanto a la permanencia de un mismo proveedor deportivo y patrocinador.